ICONOGRAFÍA.
AINHOA llama a sus piezas de joyería WEARABLE SCULPTURES /ESCULTURAS PONIBLES.
Cada una de las obras plantea un problema espacial que yo trato de resolver.
Estas piezas son el resultado de una reflexión sobre el ESPACIO y el VACÍO. Indago sobre el VACÍO creando volúmenes y conformando espacio.
En la relación entre la masa maciza del monolito y el espacio que señala, se esculpe un AGUJERO: se asoma al VACÍO.
El vacío desnuda la materia, la horada, para que sea el aire quien la abrace. El VACÍO forma parte del objeto, es motivo de atención para el observador, le hace comprender hacia dónde se dirige el crecimiento de la pieza. Es un espacio de potencialidad.
Una estética que celebra el vacío y el espacio, el silencio, la asimetría y la sencillez sin artificios.
"El poder de estas piezas de joyería exquisitamente elaboradas es más significativo que el valor inherente de los materiales. Quienes llevan mis joyas, no las eligen para demostrar su "poder adquisitivo". Sino para subrayar su SENSIBILIDAD HACIA EL ARTE. Por tanto hacia la VIDA.
En comparación con otras creaciones artísticas, la joya se caracteriza por la peculiaridad de ser ponible.
Las piezas encuentran su UBICACIÓN EN EL CUERPO en contacto físico directo con la persona. Al subvertir la regla del juego, es el objeto el que se convierte en sujeto. Desbaratando la relación habitual entre el objeto y el cuerpo.
Más allá de su impacto decorativo, las piezas de joyería están diseñadas para provocar una RESPUESTA PODEROSA, -sensorialmente, conceptualmente-. Su poder reside en que son elaboradas para exaltar al portador trascendiendo lo cotidiano.
MINIMALISMO con textura.
Susan Sontag, en “La estética del silencio": "...cualquier silencio encuentra su identidad en un espacio de tiempo perforado por el sonido".
TRABAJO POR SUSTRACCIÓN.
Exploro la concentración extrema de lo formal y lo expresivo para obtener SÍNTESIS EN LA FORMA, CONDENSACIÓN DE LA EXPRESIÓN y CONCISIÓN DEL ESTILO.
Trabajo en mi habilidad para quitar la materia, para restringir los límites formales – sin alterar la expresividad. Experimento con formas sintéticas, sobrias, lapidarias, con piezas despojadas, crudas, de una materialidad mínima.
Esta esencia que subyace en mis piezas, sin embargo, puede quedar enmascarada por otro rasgo indudablemente más estridente y bullicioso, la DISONANCIA, -una tensión inherente, un choque- en aquellos contextos que se suponen armoniosos.
No hay nada serio ni elitista en la esencialidad de mis formas. Son elegantes sin ser pretenciosos.
Tampoco hay nada de austero o humilde en el minimalismo de mis piezas. Al contrario, creo que revela un valor PROVOCACIONAL y LÚDICO.
FORMALISMO.
Atenta al detalle, trabajo valorando con humildad cada forma.
Busco la exaltación de la belleza creando efectos emotivos y dramáticos.
LAS FORMAS SON ORGÁNICAS, ABSTRACTAS, ARCÁICAS.
Las piezas muestran una composición formal de infinitas posibilidades. Ofrecen tantas caras como miradas. Cada pieza desvela INNUMERABLES PERSPECTIVAS.
La combinación de los múltiples puntos de vista cambiantes se integra con fluidez en la composición de cada pieza, otorgándole RITMO Y EQUILIBRIO.
En el equilibrio entre SIMPLICIDAD Y COMPLEJIDAD, las piezas no hastían, ya que el usuario no deja de descubrir nuevas apariencias: la belleza se enriquece, y su valor estético crece con los años.
Piezas que invitan a una mirada pausada, reflexiva, solitaria.
ORO MACIZO. ESCULTURAS PONIBLES.
El oro amarillo de 18 quilates está compuesto por un 75% de metal puro de oro, lo que lo hace rico en color y pesado en peso.
El oro macizo de 18 quilates es PESADO: esto no hace que las joyas de oro macizo sean incómodamente pesadas, sino que las hace muy satisfactorias. Están perfectamente proporcionadas. En todas las fases de desarrollo, la comodidad y la facilidad de uso son una prioridad. Esto requiere una gran destreza técnica y esmero.
Pesan lo que deben pesar. La experiencia física con las joyas coincide con lo que los ojos esperan. Las bóvedas y los grosores de la pieza son sólidas. No están ahuecadas ni chapadas.
Su alto contenido en oro los hace suaves, cálidos y permite que se desarrolle una preciosa PÁTINA con el tiempo. Esta pátina es el resultado de pequeñas mellas y arañazos que empiezan a aparecer casi inmediatamente después del uso, signos de la vida diaria. Con el tiempo se convertirá en algo realmente suyo.
Mis joyas están diseñadas para ser usadas y mostrar las marcas de la vida cotidiana.
Un pulido impecable no es el temperamento del oro de 18 quilates. Tampoco es el objetivo de AINHOA.
Sostener el peso de su belleza es una experiencia maravillosa que estoy deseando que experimentes.
ALABASTRO. ESCULTURAS PONIBLES.
Me cautivó, me hipnotizó la primera vez que vi fundir oro puro y verterlo en la lingotera. Entonces decidí que sólo trabajaría con oro. Que sería mi material de identidad.
A medida que crecía mi deseo de esculpir, vi que el oro me limitaba y decidí probar con el alabastro porque considero que la vibración de su luz es muy similar a la que emana del oro de 18 quilates. Y porque conociendo y admirando la obra de Eduardo Chillida, me pareció un material mágico.
El alabastro es un mineral soluble en agua que, como el talco, se puede rayar con una uña.
Mineral perfecto para realizar una obra en la que la luz entra en el interior del material, su iluminación difusa se abre paso en el espacio tallado y crea un contraste con la solidez de la forma circundante: un juego entre el espacio interior y el exterior.
La del alabastro, una luz lechosa, en apariencia luminosa pero velada, opaca. En opinión de Chillida una luz incluso sombría. Algo no muy alejado del brillo oscuro y brumoso del paisaje de su tierra natal, el País Vasco.
Yo misma reconozco ese sentimiento.
CURIOSIDADES ACERCA DEL ALABASTRO
El origen de la palabra se encuentra en el Lejano Oriente y el antiguo Egipto: se llamaban alabastra los recipientes en forma de pera, sin asas, en los que se conservaban perfumes. Su nombre proviene de una diosa Bast del antiguo Egipto. Representada como una leona, taponaba los jarrones hechos con la piedra.
Aparece en la Biblia. Una vasija de alabastro contenía el fino aceite en el que la mujer ungió los pies de Jesús. Y almacenando piedras de Alabastro, David construyó el templo de Jehová en Jerusalén.
EN EL PLANO ESPIRITUAL
El Alabastro tiene el poder de alejar las energías negativas y atraer las positivas.
Facilita el perdón y así libera el ser y purifica el alma. Ayuda a centrarse en lo positivo y da fuerza moral para superar los resentimientos familiares o sociales.
Está conectado al séptimo chakra, que es el centro de la espiritualidad y la conciencia del ser, ayuda a centrarse en sí mismo. Su efecto liberador y de relajación ayuda a mejorar hasta desaparecer las dolencias de huesos y músculos.
Su frecuencia es de alta vibración. Se utiliza mucho en la meditación.
EN LA MEDICINA
El Alabastro es un mineral de una energía espiritual y curativa de gran alcance.
En litoterapia, tiene muchas virtudes: ayuda con los problemas cardíacos y favorece la regeneración de nuevas células. Favorece la digestión y la deglución. Alivia los dolores crónicos.